Celebro con todos la alegría del triunfo de
Jesús sobre la muerte y su presencia resucitada y resucitadora entre nosotros.
El nos hace testigos de su VIDA en medio de la sencillez y de lo pequeño.
Que
esta celebración pascual del Señor nos llene de gozo y de esperanza, que nuestra mirada busque, permanentemente, ofrecer vida, y
vida abundante, digna, auténticamente humana a quienes la tienen destrozada y
herida a causa de lo que no va bien en nuestro mundo.
¡El Señor resucitó! ¡ALELUYA!
Cantemos todos llenos de alegría.
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