H ace algún tiempo, pero mucho tiempo. Cuando era muy pequeña me decían m i abuelita y mi mamá cuando me lastimaba, me aporreaba o estaba enferma, las palabras mágicas: “Sana, que sana, colita de rana”. Esas palabras eran maravillosas, eran calmantes. Me sanaba; y de verdad; nunca supe por qué pero causaba efecto en mí. Con el tiempo pienso en esa ranita amiga, verde, simpática, chistocita que me encantaba imaginarla . Tenía la piel llena de circulitos muy amarillos, ojos saltones y una larga lengua que estiraba para sanar, limpiar y curar . Vivía muy feliz en una laguna a las afueras de la ciudad, tenía mucha fama en esa laguna porque curaba y sanaba. Este mundo de hoy necesita de esa ranita, mi ranita. La voy a llamar. Amigaaaa Ranitaaaaa ¿dónde estás? Ven... y sana este mundo…,sé que tú puedes sanar las enfermedades pero antes avisa al gobierno de todos los países qu...