¿Y si el mensajero de la esperanza, el profeta del consuelo, eres tú? Siempre es posible recomenzar, reemprender el camino, recuperar los sueños, volver a vivir con ilusión. Preguntémonos: ¿Qué significa para nosotros hoy, allanar el sendero? ¿Qué tendríamos que allanar, rellenar, nivelar, enderezar, desalojar de nuestro corazón, para que realmente nazca el Señor en nuestra vida?