Aquí estoy, para escuchar tu voz, para acercarme a ti, para
seguirte...
Misionar no es “llevar cosas”. Es salir al encuentro del
otro, sentarnos, mirarnos a los ojos y poder compartir la propia vida y
contarnos cómo Dios pasa por la vida; angustias y sufrimientos, alegrías y
esperanzas
Muchas veces pensamos que la misión ocurre en otro
continente o en otro país. En realidad la misión pasa todos los días:en mi barrio, en mi casa, en el colegio o en la calle.
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