Un momento en mi vida
en el que aprendo de nuevo a mirar, a escuchar y a contemplar.
Dios puede, quiere y de hecho se comunicó hoy conmigo.
De mí depende disponerme y escuchar a lo que me dice.
Dios puede, quiere y de hecho se comunicó hoy conmigo.
De mí depende disponerme y escuchar a lo que me dice.
Esta mañana, aprendí a esperar, a escuchar, a
contemplar.
A eso me invitó este perro lazarillo sentado a la puerta de la peluquería donde estaba su amo.
Dios habla . Y yo puedo escucharlo . ¿Dónde?....A eso me invitó este perro lazarillo sentado a la puerta de la peluquería donde estaba su amo.
Sólo en el silencio encontramos la sabiduría... los sentidos se agudizan y se escucha todo lo que el corazon, el cuerpo y el alma quieren expresar. Así mísmo, nuestro padre nos invita desde hoy a ver en el prójimo el regocijo del compartir y convivir en un nuevo itinerario. Bienvenido Diciembre, bienvenida Natividad.
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