Un momento en mi vida en el que aprendo de nuevo a mirar, a escuchar y a contemplar. Dios puede, quiere y de hecho se comunicó hoy conmigo. De mí depende disponerme y escuchar a lo que me dice. Esta mañana, aprendí a esperar, a escuchar, a contemplar. A eso me invitó este perro lazarillo sentado a la puerta de la peluquería donde estaba su amo. Dios habla . Y yo puedo escucharlo . ¿Dónde?....