Hay cuerdas que marcan nuestra vida y que nos dejan “algo” muy grabado en el corazón para siempre… Pequeños detalles, pequeñas conversaciones, pequeños apoyos… personas con las que no te imaginas conectar… y que te marcan de por vida. E n la sencillez de una niña como María, está la grandeza de algo tan grande como el amor. Me viene a la memoria y al corazón tantos niños "especiales", diferentes, únicos, geniales... que he tenido la suerte de conocer a lo largo del camino. Estos niños nos enseñan a vivir agradecidos: liberando, sanando, creciendo desde la debilidad...haciéndonos más humanos, más tiernos, más de verdad. Relativizando nuestras preocupaciones e invitándonos a vivir de otra manera... estos niños cambian el mundo.