Lo más conmovedor de la película es la necesidad de perdón con los propios errores en la vida. Vale mucho la pena verla. Destaco: La importancia de la escucha, de la aceptación del pasado, del respeto... mucha ternura y buen humor... una Iglesia, unos hombres de Iglesia, que aprenden a relacionarse con el mundo y dar respuesta evangélica. Es una película que hace bien a cualquiera que sea simplemente humano.