Recemos con la Sagrada Familia por aquellas que han de dejado todo para sobrevivir a causa de la violencia de este mundo. En Bogotá en estos días, conocimos en la calle una familia Venezolana. Hemos escuchado la dura realidad en la que viven ellos y miles de familias inmigrantes y refugiadas en el mundo. La migración siempre viene impulsada de persecución, falta de oportunidades o necesidad. Hoy quiero orar por ésta familia que sea centro de nuestra oración y, sobre todo , de nuestra acción para dignificarlas.